Dia 1. Llegada a Tel-Aviv

16 de Julio de 2018.

Volamos con la compañía El-Al desde el aeropuerto de Madrid-Barajas. Estuvimos en la terminal 4 con 4 horas de antelación porque nos habían alertado de que el control de seguridad podía ser muy estricto y largo, aunque finalmente fue muy rápido, una chica israelí, que parecía policía, nos hizo unas pocas preguntas antes de facturar nuestra maleta, y nos indicó que no la cerrásemos con ningún candado.

El vuelo fue tranquilo, nos sorprendió que había cámaras de vídeo en la cabina de pasajeros del avión.


Una vez llegamos al aeropuerto Ben-Gurion de Tel-Aviv (Terminal 3), fuimos a buscar nuestro coche de alquiler. El alquiler lo hicimos a través del buscador "rentalcars.com", elegimos un coche pequeño y económico de la compañía Cal Auto, al final nos dieron un Kia Picanto con cambio automático. Nuestra experiencia con Cal Auto no fue muy buena, aunque el precio nos pareció bueno, no nos acompañaron a recoger el coche en el aeropuerto (y no fue fácil encontrarlo), el parte de daños no estaba actualizado y fueron muy desagradables revisando los daños del vehículo en la devolución.


El seguro del coche sólo cubría dentro del territorio de Israel, por tanto si queríamos visitar alguna ciudad de Cisjordania, lo tendríamos que hacer bajo nuestra cuenta y riesgo, cosa que al final hicimos, como describiré en las páginas siguientes. Recomendaríamos contratar con alguna compañia que cubra territorio de Israel y Palestina para mayor tranquilidad, aunque nosotros no dimos con ello.

Utilizamos Google Maps descargando los mapas offline en el móvil desde Madrid, y nos funcionó bastante bien, aunque siempre es bueno verificar, sin conexión a internet, que el móvil es capaz de encontrar las rutas a los puntos principales.

Nos pareció que los conductores en Israel son algo impacientes, utilizan la bocina del coche a la mínima ocasión y circulan muy rápido, adelantando por la derecha en autopista, etc...


Conduciendo en Tel-Aviv el día de nuestra llegada, de camino al hotel.

Finalmente llegamos a nuestro hotel de Tel-Aviv, Arbel Suites, menos mal que tenía aparcamiento (pagando 50 NIS por día), porque era realmente difícil encontrar plaza en la calle. El hotel era un edificio reformado con un buen desayuno incluído, aunque había una obra en el edificio en la frente y comenzaban a las 7.00h de la mañana a trabajar, así que tuvimos que madrugar a la fuerza las dos noches que pasamos allí :S.

 Buscamos algo cercano para cenar, fuimos a Falafel Hakosem y comimos un kebab de carne, estaba bastante rico pero había una fila inmensa para pedir y además creo que comimos exceso de ajo porque pasamos una noche bastante mala con molestias en el estómago.

Falafel Hakosem
 Habíamos llevado la tarjeta de débito Revolut para realizar gastos en Shéquels sin comisiones, aunque en este caso no pudimos pagar porque en Israel la mayoría de los pagos son a través de la banda magnética, y no la habíamos activado en la tarjeta. Después de activarla, pudimos pagar con ella en todas partes, salvo en una gasolinera, en la que tuvimos que usar una tarjeta de crédito y pagar las correspondientes comisiones.

En la ciudad, nos llamó mucho la atención la cantidad de gente que utilizaba monopatines y bicicletas eléctricas, había muchísimos. Después pudimos ver que ese tipo de transporte urbano se utilizaba mucho también en Jerusalén.

Fuimos al kiosko de zumos naturales Tamara y pedimos una mezcla de mango, maracuyá y naranja que estaba deliciosa. En Tel-Aviv hay muchos kioskos de este tipo.


Kiosko de zumos "Tamara".


Comentarios

Entradas populares de este blog

La media luna fértil.